LA POLÍTICA EXTERIOR AMBIVALENTE DE RECEP TAYYIP ERDOĞAN

LA POLÍTICA EXTERIOR AMBIVALENTE DE RECEP TAYYIP ERDOĞAN

Por Emmanuelle Linclau


La llegada al poder de Recep Tayyip Erdoğan marcó un cambio considerable en las relaciones exteriores de Turquía. Reorientó la agenda turca hacia Oriente Medio, alejándose de Occidente sin romper con él. Este artículo demuestra cómo la política paradójica de Erdoğan permitió a Turquía entrar en la jerarquía de las potencias. 

Encuentro del presidente sirio interino, Ahmed al-Charaa, con Recep Tayyip Erdoğan en Ankara el 4 de febrero. (Fuente : OZAN KOSE/AFP)

Después de un acercamiento con Israel durante el verano del año 2022, la reanudación del conflicto palestino-israelí el 7 de octubre de 2023, enfrió las relaciones entre Tel Aviv y Ankara. Turquía, país con 85 millones de habitantes ubicado en la frontera entre Europa y Asia, apoya a Palestina a pesar de pertenecer a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En mayo de 2024, Erdoğan suspendió el comercio israelo-turco. Este acontecimiento ilustra perfectamente la dinámica de Turquía en sus relaciones con otros países desde el principio del siglo XXI. La política exterior turca experimentó un giro en 2002, cuando el AKP1 llegó al poder y Erdoğan se convirtió en primer ministro. A partir de este momento, el objetivo de Ankara ha sido entrar en la jerarquía de las potencias para imponer sus reglas y defenderlas. Erdoğan, primer ministro hasta 2014 y después presidente, tuvo tiempo para desarrollar su política ya que ganó cada elección, incluso la última en 2023, muy reñida. Con esta redefinición de la política exterior turca, las relaciones con otros países del mundo se complicaron, llegando incluso a contradecirse. Por lo tanto, ¿acaso la evolución contradictoria de la política exterior de Erdoğan realmente permitió a Turquía integrar la jerarquía de las potencias? 

I – Algunos recuerdos históricos 

    La república turca centenaria puso fin a los diferentes imperios que la habían precedido. Desde los hititas, a partir del siglo XVII antes de Cristo, hasta los otomanos, considerados como los ancestros de los turcos, muchos pueblos vivieron en Anatolia (Asia Menor). El 97 % del territorio del Estado turco actual se encuentra en esta zona. Desde el siglo IV, esta región estuvo bajo la influencia del Imperio bizantino. Reunía provincias romanizadas y helenizadas, pero seguía siendo una mezcla muy diversa de etnias (griegos, romanos, armenios, kurdos, turcos, árabes…) y religiones (cristianos, judíos, musulmanes, drusos…). Luego, Anatolia fue cambiando de mano entre varios imperios hasta que vinieron los oghuz. Entre ellos, el Imperio seléucida derrotó decididamente a los bizantinos en la batalla de Manzikert. Después de una guerra interna, se impuso la dinastía de los otomanos (Osmanoğlu)2, basada originalmente cerca de Bursa. Conquistó el resto del Imperio bizantino, imponiéndose en los Balcanes y entrando en Constantinopla/Estambul en 1453. 

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    Mapa representando la evolución territorial del Imperio Otomano desde su núcleo originario en rojo hasta su máxima expansión. (Fuente : Enciclopedia Británica)

    Antes del apogeo del imperio con Solimán el Magnífico, los monarcas consiguieron apoderarse de la parte oeste de la península arábiga, de Palestina, Egipto y Siria. Las conquistas de Solimán el Magnífico (1520-1566) extendieron el nuevo califato3 hasta las puertas de Viena en Europa, el golfo persa al Este y Argelia en el Mashrek. En el apogeo de su expansión, el Imperio Otomano controlaba la mayor parte del mar Mediterráneo, el mar Negro, el mar Rojo, el mar Egeo y el mar de Azov. A pesar de algunas victorias, como en Chipre en 1571, el imperio sufrió cada vez más derrotas (en Malta en 1565, en el Lepanto en 1571). Poco a poco, fue perdiendo su influencia naval y terrestre: dejando por ejemplo el Cáucaso y Crimea en el siglo XVIII, y Grecia, Egipto, los Balcanes, Túnez y Chipre en el siglo XIX. Empezó una transición democrática tanto mediante la creación de una constitución monárquica en 1876 como con la formación de la Asamblea Nacional turca en 1920, la disolución del Imperio Otomano en 1922 y, sobre todo, la proclamación de la República en octubre de 1923 por Mustafa Kemal Atatürk. Así se inició la historia de la Turquía moderna, que comenzó a modernizarse siguiendo los seis principios de la ideología kemalista: republicanismo, populismo, nacionalismo, laicismo, estatismo y reformismo. La occidentalización se llevó a cabo con la adopción del calendario gregoriano y del alfabeto latino, el establecimiento de códigos y la integración de organizaciones internacionales como la Sociedad de las Naciones. La política kemalista, perpetuada por el CHP4 (el partido de Atatürk) mantenía su línea occidental. En el contexto de la Guerra Fría, Turquía estaba firmemente anclada en el bloque occidental pero no fue fácil alcanzar los objetivos del llamado padre de los turcos. Durante la segunda mitad del siglo XX, la alternancia entre partidos democráticos y otros más radicales ralentizó el proceso de normalización democrática. Los que ponían el islam en el centro de su política fueron, cada vez, destituidos por golpes de Estado. Una de estas destituciones estuvo vinculada al golpe de Estado filoheleno en Chipre en 1974, donde viven comunidades turcas y griegas. Eso desembocó en la intervención del ejército turco que aprovechó para quedarse en la isla y proclamar, en 1983, la República Turca del Norte de Chipre5. Ningún partido islámico había conseguido ocupar realmente el poder en Turquía, hasta la llegada, en 2002, del AKP. Es el primer partido islámico turco que formó un gobierno sin coalición6

    II- Un giro en las relaciones con Occidente 

      En primer lugar, hay que interesarse más precisamente por las relaciones entre Turquía y Occidente. En 1952, Turquía se unió a la OTAN especialmente porque se sentía amenazada por la Unión Soviética que controlaba gran parte del mar Negro. Poco después, le permitió instalar bases militares, convirtiéndose en un actor estratégico para la alianza. Turquía podía impedir un acceso fácil a los soviéticos al Mediterráneo y bloquear el comercio que pasaba por el estrecho de Dardanelos. También desempeñó un papel muy importante durante la Crisis de los misiles en Cuba en 1962. Mientras EE.UU. creía estar a punto de alcanzar una resolución con Moscú, Jruschov añadió una condición :  EE.UU. debía retirar los misiles Júpiter de Turquía. Consiguió convencer a la Unión Soviética de que los iba a retirar, pero en secreto, sin que fuera público en las negociaciones. No obstante, las relaciones con la alianza fueron cuestionadas con la crisis chipriota, y sobre todo a partir de la llegada del AKP.  Desde 2003, prohibió a la Casa Blanca usar sus bases de la OTAN durante la guerra de Irak. Además, a partir de 2011, Turquía desarrolló un discurso antioccidental para favorecer y legitimar su intervención en el Oriente Medio, después de las revueltas populares conocidas como Primavera Árabe. Por ejemplo, afirmó su antagonismo con Occidente en los ámbitos económicos y políticos. Puso énfasis en los múltiples fracasos en cuanto a la voluntad americana de imponer la democracia en Afganistán desde 2001 y en Irak en 2003. Es más, Erdoğan consideraba a Occidente responsable de la inestabilidad en Oriente Medio, que se manifestaba a través de numerosos conflictos y crisis. Unas de las consecuencias de la Primavera Árabe fue la guerra civil siria que ilustra perfectamente la política ambigua de Turquía con Occidente. El establecimiento del Estado Islámico (EI) en 2014 transformó esta guerra en un conflicto internacional. Desde el principio, Ankara apoyaba a la oposición de Bashar al-Ásad y a partir de 2014, se alió con la OTAN para luchar contra Daesh. No obstante, los kurdos de Siria, en la frontera turca, luchaban también contra el EI, lo que motivó que EE.UU. los financiara. Esto incrementó su posibilidad de formar una federación independiente como la de Irak. Esto dio temor a Turquía que reprime a los kurdos7 en su territorio y  decidió, en 2016, crear una alianza con el Kremlin para luchar contra el EI y los kurdos al mismo tiempo. Tres años después, firmaron un acuerdo que garantiza la ayuda de Moscú en la expulsión de los kurdos. Rusia no solo era una aliada del régimen de B. al-Ásad, sino que también vendió armas a Turquía que no respetaban las normas de la OTAN. Con ese acuerdo, Turquía amenazó lo que hacía la fuerza de la Alianza Atlántica: el ámbito técnico-militar. Sin embargo, a pesar del desarrollo de esta política independiente frente a la OTAN, Turquía sigue siendo un apoyo clave en muchos conflictos debido a su posición geográfica estratégica y a su fuerza militar8. De hecho, en el contexto de la cumbre de la OTAN en julio de 2021, Erdoğan reafirmó su pertenencia a la alianza. A pesar de esto, no siguió las sanciones occidentales contra Moscú en 2022, pero denunció la invasión rusa de Ucrania, vendió drones TB2 Bayraktar a Kiev y cerró el estrecho del Bósforo para impedir el paso de los buques de guerra rusos. Por lo tanto, para no ofender a ninguna de las partes, se propuso como mediador del conflicto abriendo, por ejemplo, los corredores del mar Negro para que los cereales ucranianos pudieran ser exportados9

      Por otro lado, el segundo objetivo de Turquía durante la segunda mitad del siglo XX era afiliarse a la UE. Sin embargo, el proceso que empezó en 1959 fue muy largo, ilustrando al principio la perseverancia de Turquía y su voluntad. Antes de la llegada al poder de Erdoğan, se había creado una unión aduanera entre ambos. A pesar de que la condición sine qua non para que Turquía se uniera a la UE era establecer una democracia, fue reconocida como país candidato oficial en 1999. Cuando Erdoğan se convirtió en primer ministro en 2002, continuó desarrollando una política para integrar a Turquía en la UE mediante numerosas reformas internas en los ámbitos constitucional, penal, de derechos humanos y libertades fundamentales. Esto permitió la apertura de las negociaciones entre Turquía y la UE en 2005, lo que marcó el apogeo del proceso. Después de casi 40 años de esfuerzos, se deterioraron las relaciones. Ankara reprochó a Bruselas haber reducido la velocidad del proceso, y ciertos miembros comenzaron a oponerse a la integración de Turquía. Además, el conflicto chipriota, donde Turquía todavía ocupa la parte norte de la isla, es una fuente de desacuerdo entre los dos actores. La isla, que legalmente pertenece en su totalidad a Chipre y por lo tanto es parte de la UE, es un territorio estratégico debido a sus recursos de hidrocarburos marítimos y su posición en el Mediterráneo. El descubrimiento de un yacimiento gasífero en la zona económica exclusiva de Chipre en 2009 reactivó las tensiones. En el contexto de la doctrina de Mavi Vatan10, reivindica el acceso a los recursos naturales de la ZEE chipriota,  aunque no firmó la convención de Montego Bay de 1982. Al final, el AKP se alejó cada vez más de la política exterior europea y Turquía empezó a desarrollar su propia postura. En este contexto, se suspendieron las negociaciones en 2016, después del intento de golpe de Estado que tuvo lugar contra Erdoğan y que desembocó en un conjunto de medidas para reprimir a la oposición. Por lo tanto, las relaciones entre Ankara y Bruselas han empeorado, pero la UE no puede prescindir de Turquía debido a su situación geográfica. Turquía, por ejemplo, es un aliado clave respecto a la crisis migratoria, consecuencia de la guerra en Siria. Lo atestigua la donación europea de 6 mil millones de euros a Turquía en 202111, a cambio de la acogida de casi 4 millones de refugiados sirios por parte de Ankara. Para terminar, parece que Turquía tiene todavía la voluntad de integrar la UE ya que, en julio de 2023, durante la cumbre de la OTAN, aceptó la integración de Suecia en la alianza a cambio de la reanudación de las negociaciones con la UE12.

      Recep Tayyip Erdogan à Vilnius, le 10 juillet 2023, avec le secrétaire général de l'Otan Jens Stoltenberg et le Premier ministre suédois Ulf Kristersson (droite).

      Recep Tayyip Erdoğan con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en Vilnius el 10 de julio de 2023, cuando aceptó que Suecia entrara en la OTAN. (Fuente : Anadolu Agency via AFP)

      Después de muchos esfuerzos por acercarse a Occidente en la segunda mitad del siglo XX, a partir de su segunda legislatura (2007), Erdoğan llevó a cabo una política mucho más ambigua con respecto a la OTAN y la UE, alternando entre una política exterior independiente y discrepante, y la voluntad aparente de alinearse con la política occidental. Esta ambivalencia también se tradujo en un acercamiento a sus vecinos, especialmente a los de Oriente Medio.

      III- Un acercamiento a Oriente Medio y al Norte de África mediante la política de «cero problemas con los vecinos»

      Las decisiones de Erdoğan en cuanto a las relaciones internacionales están muy influidas por el lema «cero problemas con los vecinos», teorizado por Ahmet Davutoğlu en el libro Profundidad Estratégica (Stratejik Derinlik) en 2001. A. Davutoğlu aceleró el desarrollo de esta política cuando fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores en 2009. Se caracteriza por el fomento de buenas relaciones con los vecinos próximos de Turquía y tiene como objetivo la entrada en la jerarquía de las potencias. Estos vecinos tienen una historia y una cultura común con Turquía, ya que muchos formaban parte del Imperio otomano y que el islam es la religión mayoritaria. Aquí, se trata sobre todo de Medio Oriente y África del Norte (MENA).

      En primer lugar, la política de «cero problemas con los vecinos» se desarrolló mediante una «diplomacia económica»13. Uno de los aspectos más importantes fue la creación de una zona económica regional14. Por eso, al mismo tiempo que comenzaban las negociaciones con la UE, Turquía firmó, entre 2004 y 2010, acuerdos bilaterales de libre circulación de mercancías con varios países árabes como Siria, Túnez y Marruecos. También se suprimieron los visados, especialmente con los países del Golfo. Estos acuerdos, junto con la apertura de 123 nuevas rutas aéreas entre 2003 y 2023, permitieron aumentar la autonomía económica de Turquía. Además, el ámbito económico ha permitido a Ankara acercarse a actores con los que tiene más discrepancias. Por ejemplo, fue un socio indispensable para Irán frente a las tensiones vinculadas a su relación con EE.UU. y a la guerra en Siria. Ambos países han desarrollado relaciones económicas bilaterales: Irán provee gas y petróleo a Turquía a cambio de productos y servicios turcos. También fundaron conjuntamente la Organización de Cooperación Económica (OCE), que incluye países de Asia occidental y central, y que ha permitido aumentar el volumen del comercio en la región. El comercio entre Irán y Turquía creció entre 2002 y 2012, y nuevamente a partir de 2016, después de una caída15. En realidad, esta política de acercamiento a los vecinos, especialmente a través de la economía, tiene un objetivo para la política interior turca: el aumento de la confianza del pueblo turco en el AKP y la consolidación de su poder16. De hecho, mediante la «diplomacia económica», Erdoğan consiguió un «milagro económico»17 al inicio de su tercer mandato, permitiendo a Turquía recuperar una situación económica estable después de la crisis de 2001. Mientras el mundo atravesaba una crisis económica, Turquía desarrollaba su economía abandonando  un modelo basado en la agricultura por otro centrado en la exportación industrial. Según el Banco Mundial, en 2012, la proporción de  exportaciones turcas hacia el mundo árabe aumentó del 9% al 22% del total exportado. Asimismo, el comercio con los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se multiplicó por nueve entre 2002 y 2012. Durante la primera década del AKP, el PIB per cápita se triplicó y Turquía se convirtió en la decimosexta economía del mundo. Por consiguiente, la «diplomacia económica» ha transformado Turquía en un «Estado comerciante», es decir, según Richard Rosecrance, un «Estado cuyas relaciones internacionales están determinadas y motivadas por la búsqueda de nuevos mercados de exportación»18.

      En segundo lugar, Turquía se ha acercado a sus vecinos mediante una «diplomacia cultural». Por medio de esta estrategia, el AKP pretendía convertir a Turquía, no árabe y oficialmente laica, en un ejemplo político y económico para los países árabes y musulmanes de la región. Por eso, el gobierno turco reforzó su control sobre los medios de comunicación. Se crearon nuevas cadenas públicas en otros idiomas, cuyo contenido es controlado por el Estado: TRT19 El-Arabiya en árabe por ejemplo. Ankara también logró instalar oficinas de varias cadenas y agencias en otros países, como una oficina de TRT en El Cairo en 2000 y otra de la agencia estatal de noticias Anadolu en Libia en 2012. 

      Además, aumentó su producción de series cuyo contenido muestra periodos de esplendor del Imperio otomano, como en El siglo magnífico. A finales de 2013, las exportaciones de series turcas aumentaron un 20 %, frente al 4,5 % registrado en el mercado mundial. Hoy, Turquía es el segundo mayor exportador del mundo. Esta política parece haber sido eficaz. Según una encuesta de la Fundación Turca de Estudios Sociales y Económicos (TESEV), en 2011, el 61% de la población de 16 países del mundo árabe-musulmán veía a Turquía como un modelo, principalmente por su sistema democrático. También, la «diplomacia cultural» pasó por la creación en 2007 del instituto Yunus Emres20. Se trata de un instituto cultural turco que promueve el idioma, la literatura, la historia, las artes y la música turcos en el extranjero21

      Para terminar, Turquía multiplicó su presencia diplomática en el extranjero. Con 239 embajadas y consulados en 2022, frente a 76 en 200322, Turquía se convirtió en la quinta red diplomática más extensa del mundo23. Al promover la imagen de un modo de vida moderno y occidental con una proximidad cultural y confesional con los países árabo-musulmanes, la «diplomacia cultural» favoreció mucho el desarrollo del turismo, especialmente la llegada de turistas desde los países del Golfo. Gracias a estas estrategias, cuando ocurrió la Primavera Árabe, Turquía era percibida como un modelo de democracia musulmana e «inspirador por la transición»24 de los países árabo-musulmanes. Había logrado construir la imagen de un país capaz de unir la democracia, el islam y la economía de mercado25.  

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      Mapa de los institutos Yunus Emre en el mundo. El instituto está presente en casi todos los antiguos territorios del Imperio otomano (MENA, Balcanes, Cáucaso). Fuente : El Orden Mundial (EOM)

      Por último, la política de «cero problemas con los vecinos» también se desarrolló a través de las relaciones políticas, vinculadas con el ámbito religioso. Aunque al principio Erdoğan apoyaba a Israel, empezó a acercarse a Palestina después de los ataques israelíes. Se acercó concretamente a Hamas, debido a su vinculación con la organización islamista sunita de los Hermanos Musulmanes. Turquía también se posicionó  como mediador entre los dos países con el objetivo de favorecer la moderación del grupo islamista y así alcanzar  un compromiso con Israel26

      Además, en cuanto a Irán, Ankara y Teherán comparten ciertos intereses políticos. Primero, ambos países se enfrentan a la presencia de kurdos en su territorio, y se oponen a su voluntad de establecer un Estado independiente. Luego, no sólo apoyaron, en la primera década del gobierno del AKP, a Hamás y a Hezbolá en Líbano, sino que Ankara también ha respaldado el proyecto nuclear de Irán27

      De igual modo, la Primavera Árabe favoreció, al menos en un principio, el papel de modelo de Turquía. Estas revueltas contra el poder autoritario pidiendo la democracia empezaron en 2011 en Túnez y se extendieron a otros países de la región MENA. Ankara apoyó las revueltas de los pueblos de Egipto, Marruecos, Yemen, Argelia, Jordania, Bahréin, Libia y Siria, en su voluntad de alcanzar la democracia. Fue uno de los primeros actores en pedir la dimisión de Ben Ali, presidente tunecino, y participó en una operación de la ONU contra el gobernador libanés. En cuanto a Egipto, la opresión de Mubarak contra los Hermanos Musulmanes, aliados del AKP, motivó a Erdoğan a apoyar la revolución. 

      Este éxito para establecerse como líder regional fue también el resultado de la parálisis de los organismos internacionales, que no conseguían hacer frente a los desafíos28. Por ejemplo, en el contexto del conflicto sirio, los seis puntos propuestos por Kofi Annan y la Misión de Supervisión de las Naciones Unidas en Siria (UNSMIS) fueron bloqueados por el veto de China y Rusia. Ankara siguió desempeñando su papel de mediador, participando en el proceso de Astana en 2017 con Rusia e Irán, para negociar la paz en el conflicto sirio. 

      Entonces, durante la primera década del AKP y la primera fase de la Primavera Árabe, Erdoğan consiguió crear la imagen de un país musulmán moderno y fuerte, con un papel importante en las problemáticas regionales del mundo árabo-musulmán. Analizando la política exterior turca, ciertas personas la califican de «neo-otomana». El concepto de «neo-otomanismo» fue utilizado por primera vez por David Barchard en 1985 para definir el «impulso que [ya] se les dará a las relaciones de Turquía con los países de Oriente en esta década»29. Según Graham Fuller, se trata del «renovado interés por los antiguos territorios y pueblos del Imperio»30. En efecto, aunque  ningún político turco haya utilizado esta palabra en su discurso, Erdoğan usa con frecuencia referencias nacionalistas y al legado otomano. En este contexto, ha vuelto a construir mezquitas con seis minaretes, a pesar de que se supone que solo el califa puede construir mezquitas con esta característica. 

      Por cierto, Turquía está cada vez más presente en la península balcánica gracias a la diplomacia cultural y económica, así como en el «mundo turco»31 (países donde se hablan idiomas similares al turco) y en el Cáucaso. Lo demuestra su apoyo a la toma del Alto-Karabaj y su voluntad de establecer un corredor en el sur de Armenia para unir el territorio turco con el de Azerbaiyán. No obstante, la política de acercamiento con los países de MENA ha enfrentado numerosos  obstáculos durante la última década. 

      IV- Los límites de la política de «cero problemas con los vecinos»

        A partir del final de su tercer mandato como primer ministro (2011-2014), Erdoğan empezó a encontrar dificultades para aplicar la política de «cero problemas con los vecinos», debido tanto a factores internos como externos.

        La plaza Taksim, abarrotada de manifestantes.| Reuters

        La plaza Taksim (Estambul), abarrotada de manifestantes, 2013. (Fuente : El Mundo)

        Primero, varios acontecimientos internos pusieron en tela de juicio la imagen de Turquía como modelo de democracia musulmana. En junio de 2013, ecologistas turcos se manifestaron contra el proyecto del gobierno de sustituir el parque Gezi en Estambul por un edificio comercial. Finalmente, se produjeron manifestaciones en todo el país para denunciar la política cada vez más autoritaria de Erdoğan. Ankara se debilitó de nuevo en 2016 con el intento de golpe de Estado que desembocó en una represión estatal. Estas acciones contra el poder desacreditaron a Turquía en su posición como modelo y fragilizaron al AKP. Erdoğan parece tener una doble visión de la democracia, una para su pueblo y otra  para la región MENA. 

        Encima, aunque Ankara intentó cambiar la imagen de Turquía mediante la diplomacia cultural, esta transformación no fue completa. Según la misma encuesta de TESEV realizada en 2011, el 23% de los encuestados no consideraba a Turquía como un modelo porque no era lo suficientemente musulmana. Entonces, el conflicto entre tradición y modernidad está en el centro de la percepción que tienen los países vecinos de Turquía. Además, algunos rechazaron su influencia cultural. Este fue el caso de Egipto después del golpe de Estado de 2013 por Abdel Fattah al-Sissi. Este último consiguió tomar el poder y prohibió la difusión de series turcas en su país. Ya en 2009, mientras sus relaciones se estaban deteriorando como nunca antes, Israel envió una carta de protesta a Ankara en relación con dos películas turcas que denunciaban las acciones de Israel en Palestina32. Después, si la política permitió, por un lado, el acercamiento con ciertos países fue, por otro lado, el origen de un alejamiento con otros. Por ejemplo, las tensiones entre sunitas y chiitas en Irak, que apoyan respectivamente a Ankara y Teherán, son una fuente de conflicto entre ambos países, al igual que sus relaciones con EE.UU. Sin embargo, el asunto que más los aleja es el conflicto sirio. De hecho, si Irán estaba a favor del mantenimiento del régimen de Bashar al-Ásad por miedo a revueltas internas en su país, Erdoğan, al contrario, abogaba por un cambio de régimen basado en el suyo, con el objetivo de restablecer la estabilidad en Siria e impedir la creación de un Kurdistán independiente33

        En cuanto a los Estados del Golfo, especialmente Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, las relaciones se deterioraron a partir de 2011 debido al  acercamiento de Turquía a los Hermanos Musulmanes, sus enemigos, y sobre todo a partir de 2017. Este año, Turquía apoyó a Catar tras el bloqueo impuesto por Arabia Saudí y los Emiratos Árabe Unidos en diferentes ámbitos. Las relaciones se deterioraron en 2018, con el asesinato en Estambul de Jamal Kashoggi, periodista opuesto al poder saudí. Estas tensiones se manifestaron en la segunda guerra civil libia, durante la cual cada país 34apoyó a un actor diferente. También se evidenció en el ámbito económico, con la caída de las importaciones y exportaciones turcas con ambos países. Por ejemplo, el volumen comercial pasó de 3.200 millones de dólares en 2019 a 189 millones de dólares en 202135. Ante esta debilitación de la economía turca, Ankara decidió acercarse de nuevo a ambos países en 2022. Por lo tanto, Erdoğan viajó por primera vez desde 2013 a Abu Dabi en febrero de 2022. Esta decisión se inscribe en una renovación general de las relaciones con los actores con los que Turquía había mantenido tensiones en los últimos años. Por ejemplo, también visitó Grecia en diciembre de 2023 y Egipto en febrero de 2024.

        Estos límites internos y externos no desaniman a Erdoğan que quiere desarrollar su política «Visión 2053» (600° aniversario de la toma de Constantinopla) y acercarse a sus objetivos: el «Siglo Turco», que se refiere a su voluntad de que Turquía forme parte de las diez mayores potencias del mundo en todos los ámbitos. El presidente se está beneficiando de los recientes cambios en la escena internacional en un contexto interno de renovación autoritaria en el país desde noviembre de 2024.

        V- La política exterior de Erdoğan desde finales de 2024

          Dos acontecimientos internacionales han tenido una repercusión importante en la política exterior del presidente turco: la caída del régimen de Bashar al-Ásad el 8 de diciembre de 2024 y la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos, en enero de 2025. 

          Gracias al primer evento, Ankara tiene la posibilidad de establecer una buena relación con Damasco, algo que intentaba hacer desde hace dos años. No solo ayudó, mediante su servicio de inteligencia, al grupo que organizó la ofensiva (Hayat Tahrir al-Sham), a derrocar al último gobierno, sino que algunos miembros de la nueva administración siria mantienen relaciones estrechas con Turquía. Por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores, Al-Chibano, estudió allí, y la presidenta de la nueva Oficina de Asuntos de la Mujer, Aicha Al-Dibs, tiene la doble nacionalidad turca-siria36. Esto da a Ankara una ventaja para ejercer su influencia y conservar su papel económico. Con esta perspectiva, miembros del gobierno turco viajaron a Siria en diciembre y propusieron su apoyo en la reconstrucción del país. Además, Ankara participó en las negociaciones entre Damasco y el Partido de la Unión Democrática (PYD), que representa a los kurdos de Siria. No quiere que estos establezcan un territorio autónomo, ya que podría ocurrir lo mismo con los kurdos de Turquía. Por cierto, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, afirmó que no se podía «negociar la integridad territorial de Siria»37

          En este contexto, la política de Erdoğan contra los kurdos dentro del Estado turco también está evolucionando. Desde octubre empezó a negociar con el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) y, en diciembre, propuso invertir más dinero para reducir las desigualdades entre el sureste del país, donde están los kurdos, y el resto de Turquía. El 27 de febrero de 2025, por segunda vez, se autorizó a algunos parlamentarios del DEM (Partido Popular por la Igualdad y la Democracia) a visitar al jefe del grupo armado: Abdullah Öcalan. El presidente turco sugirió liberar a Öcalan a cambio del abandono de la lucha armada por parte del grupo, lo que pondría fin a cuarenta años de conflicto violento. Finalmente, el jefe del PKK pidió a sus compañeros que disolvieran el movimiento y renunciaran a sus reivindicaciones. El PKK se autodisolvió el 12 de mayo de 2025. No obstante, el Ministerio de Defensa turco afirmó después que las operaciones militares iban a seguir hasta que toda amenaza desaparezca. Por lo tanto, se trata de una dialéctica interior–exterior, como lo explica Billion (2025), que demuestra la dependencia de la política exterior respecto a sus problemáticas internas38

          Respecto al segundo evento, D. Trump anunció el alejamiento de EE.UU. de la OTAN y su retirada de la defensa europea. Estas declaraciones recuerdan el papel estratégico de Turquía tanto en la alianza como en Europa, a pesar de sus acciones contradictorias. Por un lado, Ankara no solo bloqueó las reformas militares de la organización usando su veto contra los nuevos planes de defensa, sino que también impidió que la UE conociera los objetivos y la capacidad militar de la OTAN para ajustar su plan de rearmamento. De la misma manera, fue excluida de las tertulias de febrero que se organizaron dentro de la UE así como de los esfuerzos para construir una defensa europea. Por otro lado, el 2 de marzo, un ministro de Erdoğan participó en la cumbre de Londres y generales turcos vinieron a París, algo que no hubiera sido posible hace seis meses según Marc Pierini, antiguo embajador de la UE en Siria. Además, varios expertos aseguran que Turquía es un actor imprescindible. Entre ellos, Amanda Paul, que trabaja para el European Policy Centre, sostuvo que «las contribuciones de Turquía serán más y más vital para la seguridad y la estabilidad del continente»39. Del mismo modo, según el director del Consejo Europeo de la Vecindad, Samuel Doveri Vesterbye, la Unión Europea debe cooperar con otros actores estratégicos como Turquía, que ha conseguido desarrollar una industria de defensa. El gobierno va a invertir 46 mil millones de dólares en el ámbito militar en 2025. El año pasado, exportó 300 productos en 80 países. Turquía, por su situación geográfica estratégica y su peso militar, sigue siendo un actor indispensable para EE.UU. y la OTAN. Por consiguiente, no importan las críticas contra Occidente, que aumentaron con la guerra entre Israel y Palestina, ningún actor- sea Occidente, Rusia o Turquía – tiene interés en que EE.UU. se vaya de la OTAN. Con respecto a Europa, si hay divergencias a nivel político, una cooperación militar puede ser posible.

          Conclusión 

          Al fin y al cabo, la política exterior desarrollada por Erdoğan desde hace dos décadas representa una ruptura con la política kemalista de acercamiento a Occidente. Mediante la diplomacia económica y cultural, creó una imagen de modelo de democracia musulmana para los países de MENA, lo que permitió a Ankara acercarse a ellos hasta el punto de proponerse como mediador en ciertos conflictos. Al mismo tiempo, procuró ganar autonomía e independencia frente a Occidente, sin romper con él. De hecho, Ankara sigue siendo indispensable para Occidente, en parte gracias a su situación geográfica, y consigue jugar en ambos bandos. De esta forma, a lo largo de los últimos 20 años, Erdoğan ha logrado actuar siempre según sus propios intereses y ha convertido a Turquía en un actor capaz de imponer sus reglas en la región y de defender el sistema que ha establecido, aunque haya sido amenazado en varias ocasiones. Por lo tanto, se transformó en una potencia media. 

          Al final, la meta de la política exterior de Erdoğan es encontrar el equilibrio adecuado que le permita seguir siendo influyente tanto en Occidente como en los países de MENA. Los acontecimientos internacionales de los últimos meses le benefician para alcanzar objetivos de potencia todavía más ambiciosos, a pesar de una política interior inestable. La división de la política exterior de Erdoğan, propuesta por el investigador Karabejir Akkoyunlu, resume bien el asunto estudiado : distingue una europeización (2002-2007), una autonomización (2007-2011), un imperialismo (2011-2013), un aislamiento (2013-2016) y una supervivencia (2016). Desde 2021, parece haber comenzado un periodo de «renovación». Sin embargo, el personalismo de la política turca pone en duda la sostenibilidad de la estrategia de Erdoğan. 

          Notas a pie de página

          1. Partido de la Justicia y el Desarrollo ↩︎
          2. Antiguos oghuz ↩︎
          3. En 1517, Selim I se había proclamado califa, juntando de tal manera, el poder temporal y espiritual, y haciendo del islam suní un componente oficial del Estado otomano. ↩︎
          4.  Partido republicano del pueblo ↩︎
          5.  Hasta el día de hoy, sólo está reconocida por Turquía ↩︎
          6. MAC LIMAN, 2019 ↩︎
          7.  Son presentes en diferentes países, incluyendo Turquía, Irán, Irak y Siria. ↩︎
          8. Representa el segundo mayor ejército de la alianza con 800 000 hombres (BILENER, 2023). ↩︎
          9. FOUTH, 2019 ; AUBRY y TETART, 2022 (pp 150-151 y 152-159) ↩︎
          10. Doctrina turca creada en 2006. Hace referencia a una estrategia que busca proteger los derechos de Turquía sobre las zonas marítimas y los recursos en el mar Egeo y el mar Mediterráneo.  ↩︎
          11. Esto ocurrió en el contexto del acuerdo «Instalación para Refugiados en Turquía» (Facility for Refugees in Turkey) firmado en 2016.  ↩︎
          12. Aubry, E., &Tetart, F. (2022). La Turquie de Recep Tayyip Erdoğan : à l’intersection des mondes. In E. Aubry & F. Tetart, Le dessous des cartes. Le retour de la guerre (pp. 152-159). Tallendier.; ORTIZ HERNANDEZ, 2012 ↩︎
          13. JABBOUR, 2022 ↩︎
          14. TSARDANIDIS, 2018  ↩︎
          15. TSARDANIDIS, 2018 ↩︎
          16. COLALONGO y RAYRAN-CORTES, 2023 ↩︎
          17. ORTIZ HERNANDEZ, 2012 ↩︎
          18. JABBOUR, 2022 ↩︎
          19. Türkiye Radyo Televizyon Kurumu (Corporación Turca de Radio y Televisión) ↩︎
          20. Poeta turco del siglo XIV ↩︎
          21. TUTAL-CHEVIRON y ÇAM, 2017; AUBRY y TETART, 2022 (pp 152-159) ↩︎
          22. TUTAL-CHEVIRON y ÇAM, 2017 ↩︎
          23. AUBRY y TETART, 2022 (pp 152-159) ↩︎
          24. ORTIZ HERNANDEZ, 2012 ↩︎
          25. ORTIZ HERNANDEZ, 2012; FOUTH, 2019 ↩︎
          26. TSARDANIDIS, 2018 ↩︎
          27. TSARDANIDIS, 2018 ↩︎
          28. COLALONGO y RAYRAN-CORTES, 2023 ↩︎
          29. RODRÍGUEZ-LÓPEZ y LOIS (2022) ↩︎
          30. RODRÍGUEZ-LÓPEZ y LOIS (2022) ↩︎
          31.  Países donde se hablan idiomas similares al turco.  ↩︎
          32. TUTAL-CHEVIRON y ÇAM, 2017 ↩︎
          33. TSARDANIDIS, 2018 ↩︎
          34. Turquía, Qatar, EAU ↩︎
          35. JABBOUR, 2022 ↩︎
          36. COGAN, 2025 ↩︎
          37. BILLION, 2025 ↩︎
          38. COGAN, 2025 ↩︎
          39. RODIER, 2025. Traducción del autor : « les contributions de la Turquie seront de plus en plus vitales pour la sécurité et la stabilité du continent».  ↩︎

          Bibliografía

            • Libros : 

            Aubry, E., &Tetart, F. (2022). La Turquie de Recep Tayyip Erdoğan : à l’intersection des mondes. In E. Aubry & F. Tetart, Le dessous des cartes. Le retour de la guerre (pp. 152-159). Tallendier. 

            Aubry, E., &Tetart, F. (2022). L’éternelle question kurde. In E. Aubry & F. Tetart, Le dessous des cartes. Le retour de la guerre (pp. 150-151). Tallendier.

            Aubry, E., &Tetart, F. (2022). Iran : épicentre des tensions. In E. Aubry & F. Tetart, Le dessous des cartes. Le retour de la guerre (pp. 126-131). Tallendier. 

            Aubry, E., &Tetart, F. (2022). Syrie : dix ans de guerre et après ? In E. Aubry & F. Tetart, Le dessous des cartes. Le retour de la guerre (pp. 144-149). Tallendier. 

            Mac Liman, A. (2019). Breve historia de Turquía. Catarata.

            Tutal-cheviron. N & Cam. A. (2017). La vision turque du « soft-power et l’instrumentalisation de la culture. In D. Marchetti (Dir), La circulation des productions culturelles. Institut français d’études anatoliennes.  

            • Artículos: 

            Colalongo, R., & Rayran-Cortes, M. (2023). La metamorfosis de la política exterior de Recep Tayyip Erdogan: de un populismo internacional a uno transnacional-limitado. Foro Internacional, 63(3), 413-448. (disponible en línea).

            Courrier international. (2023). La voie vers un « monde turc » est ouverte. Courrier international, 1718, 38.

            Courrier international. (2023). Pour l’Iran, un désastre politique. Courrier international, 1718, 39.

            Courrier international. (2025). Turquie. Vers la fin du PKK ? Courrier international, 1792, 6. 

            Fouth, J. (2019). Turquía post intento de golpe de estado de 2016: aceleración y profundización de la grieta con Occidente. Perspectivas Revista de Ciencias Sociales (Rosario), 4(8), 103-115. (disponible en línea).

            Loukianov, F. (2023). Vers une recomposition des blocs. Courrier international, 1718,  34. 

            Macedo Rizo, M. (2024). La Gran estrategia de Turquía: elementos, desafíos y limitaciones de la política exterior turca en el siglo XXI. Oasis, 39, 9-31. (disponible en línea).

            Ortiz Hernandez, E. (2012). La oportunidad de Turquía de posicionarse como líder regional ante la UE: la Primavera Árabe. Anuario español de derecho internacional. 28, 335-354. (disponible en línea).

            Rodríguez-López, C. & Lois, M. (2022). Una revisión de la literatura académica: 20 años de la política exterior del gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en Turquía. Revista de Estudios Internacionales Mediterráneos, 33, 9-37. (disponible en línea).

            Rouiai, N. (2023). Séries télévisées turques : une évolution politique et religieuse. Carto, 36-37.

            Tsardanidis, C. (2018). The period after 2002: the tightening of relations between Iran and Turkey and the future prospects. Camillas Journal of International Relations, 11, 71-81. (disponible en línea).

            • Sitios web :

            Bilener, T. (2023, 27 de noviembre) « Défense, industrie de l’armement : la Turquie affiche ses ambitions », Areion24news, 2023. (disponible en línea). 

            Bilion, D. (2024, 2 de diciembre). Turquie : la sempiternelle question kurde. Iris. (disponible en línea).

            Billion, D. (2025, 27 de enero). Turquie – Syrie : brève anatomie d’une relation compliquée. CAREP Paris. (disponible en línea).

            Cogan, K. (2025, 15 de enero). Diplomatie et reconstruction : l’axe Turquie-Syrie se renforce. Les Echos. (disponible en línea).

            Cogan, K. (2025, 30 de enero). Vague d’arrestations en Turquie : Erdogan accentue la répression de l’opposition. Les Echos. (disponible en línea).

            Cogan, K. (2025, 27 de febrero). En Turquie, le chef du PKK kurde appelle à rendre les armes. Les Echos. (disponible en línea).

            Jabbour, J. (2022, 21 de abril). Los vasos comunicantes entre diplomacia y economía. Política exterior, 2022. (disponible en línea).

            Kaci, M. (2023, 11 de julio). Sommet de l’OTAN : Erdogan se place au centre du jeu. TV5monde. (disponible en línea).

            Rittimann, O. (2024, 20 de marzo). Turquie et OTAN : des contradictions visibles et insolubles. Le Rubicon. Le Rubicon. (disponible en línea).

            Rodier, A. (2025, 24 de febrero). Quelle place pour la Turquie dans la défense européenne ? Centre Français de Recherche Sur le Renseignement. (disponible en línea).

            Saikali, E. (2023, 11 de noviembre). Le rapprochement entre la Turquie et Israël à l’épreuve du conflit à Gaza, France 24. (disponible en línea).

            Schmid, D. , Bourgoin, E., & Verluise, P. (2025, 15 de enero). Géopolitique de la Turquie, membre de l’OTAN et toujours candidate à l’UE ? Diploweb. (disponible en línea).

            Schmid, D. (2019, 4 de septiembre). La Turquie d’Erdogan : une évolution politique spectaculaire. Vie publique. (disponible en línea).

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